((**Es10.172**)
que no quería se quedara cuatro días, sino al
menos una semana. Don Bosco observó:
->>Y si yo me estoy aquí, quién irá a buscar
pan para mis muchachos?
-Ya se cuidará la Providencia, respondió la
Condesa.
-Sí, ya lo hace. Pero ella misma dice: íayúdate
y yo te ayudaré!;
por consiguiente, es menester que yo cumpla mi
parte y vaya en busca de personas caritativas...
->>Y cuánto se necesita para abastecer de pan a
sus muchachos durante estos tres días?
-Tres mil liras.
-Si es así, yo se las daré, si consiente en
quedarse.
-íEn esas condiciones, me quedo sin más!
Rebosando de alegría, le entregó la Condesa la
cantidad y don Bosco la envió enseguida a Turín.
((**It10.181**)) Muy
querido Rúa:
Branda te entregará dieciocho títulos,
correspondientes, en parte, a la deuda de la
ciudad de Turín; y en parte, a obligaciones del
Ferrocarril de Cúneo.
Puedes ir al señor Musso, o bien al caballero
Dupré, o hacer que Rossi las venda.
Con el producto pagarás lo necesario para el
rescate de Sala; lo sobrante servirá para la casa,
o para Lanzo.
Mis pies han faltado hoy a su deber; por lo que
mañana les impondré el castigo merecido.
Si tienes algo que enviarme, entrégaselo a
Branda.
Que Dios nos bendiga a todos. Amén
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
Al ir a Nizza había extraviado la bolsa de
viaje, que contenía diversos escritos, entre ellos
el borrador de una carta de presentación de los
programas de varios colegios. Volvió, pues, a
escribir a don Miguel Rúa:
Queridísimo Rúa:
Si ya apareció la bolsa perdida, mira dentro y
encontrarás una carta que ha de imprimirse y
unirse a los programas. Procura que esté de
acuerdo con la que arregló don Juan Bonetti. Si
todavía no está impresa, envíame las pruebas; me
gustaría verlas.
En la misma bolsa hay otros escritos:
envíamelos por medio de don Juan Bautista
Francesia, que vendrá el lunes; y si no es
posible, por cualquier otro medio.
(**Es10.172**))
<Anterior: 10. 171><Siguiente: 10. 173>