((**Es10.1263**)
Deseo darme un paseíto hasta Alassio; dime si
el proyectado préstamo con el Ayuntamiento se hará
o si tenemos que abandonar la idea.
Dame noticias de Rossi. Mil saludos para tus y
mis queridos hijos. Dios os haga a todos ricos de
santos temor de Dios.
En el diccionario italiano puede omitirse la
gramática que va delante.
Afmo.
amigo en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
IX (Traducido del latín)
ESCRITORES LATINOS CRISTIANOS PARA USO DE LAS
ESCUELAS
Juan Bosco, sacerdote, saluda al amable lector.
A quien examina los libros que se estudian en
las escuelas secundarias, le sorprende, sin duda,
que los jóvenes cristianos tengan en sus manos
solamente, historias, discursos y poemas inbuidos
a cada paso de viejas supersticiones. Reconozco
que nadie puede competir con TULIO en elocuencia;
y, ((**It10.1378**)) por
no hablar de los poetas, es convicción unánime que
CESAR, LIVIO y SALUSTIO tienen un estilo tan
brillante que, aun a los mejor dotados, les crean
complejo de escribir. Pero yo, cuando quiero que
los estudiantes de latín accedan a los mejores
modelos para que, con garantía, adquieran así
pericia en el arte del bien hablar, soy el primero
en persuadirles que no deben mirar con malos ojos
a aquellos escritores cristianos que florecieron
en los primeros siglos después de Cristo.
Aun cuando los escritores romanos de la
antigüedad yerren en lo referente a las buenas
costumbres, a la pacífica convivencia humana y,
principalmente, al conocimiento de la providencia
de Dios Creador, es conveniente, sin duda, que los
tiernos alumnos tengan tales profesores que no
perjudiquen a quienes se han confiado a ellos, y
opongan a los erróneos preceptos de los antiguos,
textos de sana doctrina, que, en su día, habrán de
dar óptimos frutos.
Por lo demás, nadie que tenga conocimiento de
la literatura latina, ignora que muchos de los
escritores cristianos, aun cuando el los apuntaban
a cosas más altas que a brillar por su estilo
literario, se acomodaron con acierto a la
imitación de los antiguos. Así lo vemos en un
SULPICIO SEVERO, que compite en concisión con
SALUSTIO; en un MINUCIO FELIX, que da a sus
diálogos una expresión elegante; en un LACTANCIO,
quien consigue el vigor del estilo de TULIO, hasta
el punto de ser llamado el Cicerón Cristiano.
Así las cosas, después de publicados hace ya
tiempo, los volúmenes de escritores italianos,
para su lectura, juzgué que haría una excelente
labor su conducía a nuestros muchachos italianos,
esperanza de la patria, hacia aquellos escritores
latinos que, habiendo profesado la fe cristiana,
se hicieron muy beneméritos de las letras y de la
religión.
Y para comenzar con una figura eminente, he
aquí, amable lector, una relación de escritos de
SAN JERONIMO con notas de JUAN TAMIETTI, socio de
la Familia Salesiana y esclarecido doctor en
letras clásicas. Después que hayas estudiado este
excelente libro, De viris illustribus Ecclesiae
(Varones ilustres de la Iglesia), breve y
claramente anotado, pasarás con agrado a los
escritos de PAULO, HILARION y MALCO, que seguían
la sabiduría, hija de la soledad, de ANTONIO y
MACARIO en el
(**Es10.1263**))
<Anterior: 10.1262><Siguiente: 10.1264>