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((**Es10.1214**) un dictamen definitivo, se hizo bendecir por don Bosco y se aclaró el mal. Pero duró poco la mejoría del tumor, que era precursor de enfermedad en la columna vertebral. No podía digerir nada y paulatinamente se ((**It10.1324**)) manifestó una parálisis total, que la redujo a la absoluta incapacidad de tenerse en pie, servirse de las manos y hacer el más pequeño movimiento. Perdió casi totalmente la vista durante unas semanas. Los médicos no daban esperanza alguna de curación, pero le aplicaban los remedios y las curas más violentas. Piadosas y caritativas personas rezaron por ella y también don Bosco rezó e hizo rezar a los alumnos del Oratorio, y pidió y obtuvo para ella la bendición del Papa. La enfermedad empezó a agravarse en junio y a mediados de octubre, declaraba la agraciada, después de una novena al Sagrado Corazón de Jesús, hecha con oraciones especiales, mañana y tarde, ante el altar de María Auxiliadora en Valdocco, empecé a mejorar y ahora me encuentro como cuando estaba sana, y puedo caminar libremente 1. La familia Fava-Bertolotti era una de las que asiduamente socorrían la Obra de don Bosco; y María Auxiliadora premiaba su caridad, mientras don Bosco, por su parte, se valía de todas las maneras para encontrar recursos. A fines de otoño escribía al comendador Juan Visone, Ministro de la Casa Real: Excelencia: En los casos graves he recurrido varias veces a V. E. en favor de estos mis pobres jovencitos y siempre he encontrado apoyo; espero otro tanto en el caso presente. Durante los dos años pasados, debido a la carestía de víveres, he tenido que contraer deudas, que todavía no he podido extinguir. Ahora, inminente ya la estación invernal, me veo completamente falto de medios para proveer de pan y de ropa a estos pobrecitos, que, sólo en esta casa, casi llegan a ochocientos cincuenta. Pido para ellos una ayuda caritativa al corazón paternal de V. E. Creo no ignorará V. E. que estos muchachos son absolutamente pobres, procedentes de todas las partes de Italia, y que una buena parte de ellos fue enviada aquí por las autoridades gubernativas. Confiando plenamente en su ayuda, pido a Dios le colme de sus celestes bendiciones, mientras, con profunda gratitud, tengo el alto honor de poderme profesar Turín, 10 de noviembre de 1874 Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. 1 Véase el fascículo María Auxiliadora con la narración de algunas gracias, pág. 296. (**Es10.1214**))
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