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((**Es10.1201**) Don Bosco sonrió ante aquellas observaciones y exclamó: -No habéis comprendido bien mi pensamiento, pero ya veréis cómo será el sostén de nuestra Pía Sociedad. Pensad en ello y volveremos a hablar del asunto... Pero, habiendo escrito ya el borrador del programa, cuyo manuscrito ha llegado a nosotros, lo hizo leer... Lo revisó después una vez más. Ofrecemos aquí su contenido, del que se ((**It10.1310**)) deduce cómo él quería dar a los socios de la Congregación de San Francisco de Sales la forma de una verdadera Tercera Orden regular. SOCIOS DE LA CONGREGACION DE SAN FRANCISCO DE SALES Al católico lector En los asuntos de gran importancia suelen los hombres unirse en sociedad, asegurar la ganancia, que del negocio puede esperarse, e impedir las posibles pérdidas, contando con la industria y el cuidado de unos y la ciencia y pericia de los otros; y si los hombres del siglo son tan avisados en las cosas de la tierra, dice el Salvador, >>cuánto más atentos deben estar los hijos de la luz para tratar el gran negocio de la eterna salvación, empleando todos los medios que están a su alcance? Entre los medios eficaces, que en estos tiempos hay que usar, está la unión de los buenos. Vis unita fortior; funículus triplex difficile rumpitur (La fuerza unida es más fuerte; díficilmente se rompe el hilo triple). Un hombre fuerte, unido a otro fuerte, resulta ciertamente mucho más fuerte. Una cuerdecita sola es débil; juntadla con otras dos y dificilmente se rompe. Así, un buen católico, sólo él en el mundo, fácilmente es vencido por los enemigos del bien; pero, si es alentado y ayudado por otros, entonces cobra mucha fuerza y logra impedir el daño que recibiría su alma y procura así el bien del prójimo y el de nuestra Santa Religión. Este es el fin de esta Asociación: unir a los buenos católicos en un solo pensamiento y en un solo trabajo para promover la propia salvación y la ajena, según las reglas de la Sociedad de San Francisco de Sales. Asociación Salesiana Son muchos los fieles cristianos, las personas autorizadas que, para más asegurarse su eterna salvación, han pedido repetidas veces una asociación salesiana, que, de acuerdo con el espíritu de los congregados, ofreciese a los externos una regla de vida cristiana, practicando en el siglo las reglas compatibles con su propio estado. Cuántos hay que se alejarían del mundo de muy buena gana para evitar los peligros de perdición, gozar la paz del corazón y pasar la vida en la soledad, en la caridad de Nuestro Señor Jesucristo. Pero no todos están llamados a este estado. Unos por su edad, otros por su condición, muchos por su salud, muchísimos por falta de vocación están impedidos en absoluto. Para satisfacer este deseo general se propone la Pía Asociación de San Francisco de Sales. Su fin es doble: 1. Proponer un medio de perfección a todos los que están por justos motivos imposibilitados para encerrarse en un instituto religioso. (**Es10.1201**))
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