((**Es10.1199**)
Pido a dios tenga a bien colmarles a ellos y a sus
familias de celestes bendiciones, mientras tengo
el honor de profesarme con suma gratitud y
aprecio,
De sus Señorías.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Así, en un abrir y cerrar de ojos, se llegó a
la decisión de abrir las primeras casas en la
República Argentina, que abarcaba el primer campo
misionero visto por don Bosco en sueños, y donde,
cuanto antes, desarrollarían generosos sacrificios
nuestros Misioneros.
9. La tercera familia
Una vez aprobada definitivamente la Pía
Sociedad, don Bosco emprendió inmediatamente el
trabajo para dar forma legal a la tercera familia,
que espontáneamente atraída por su caridad, se
había ido agrupando desde los comienzos de su
apostolado.
Así que se comenzó la obra de los oratorios en
1841, escribía él mismo, hubo algunos piadosos y
celosos sacerdotes y seglares que vinieron a
ayudar para cultivar la mies, que ya entonces se
presentaba abundante en la clase de los muchachos
en peligro. Estos colaboradores o cooperadores,
fueron en todo tiempo el apoyo de las Obras pías
que la divina Providencia ponía en nuestras manos.
((**It10.1308**)) En
1845 obtenía del Sumo Pontífice Gregorio XVI la
indulgencia plenaria in artículo mortis para
cincuenta de sus principales bienhechores; y en
1850 pensaba ya establecer una Pía Unión
provisional bajo la advocación de san Francisco de
Sales, porque, así como este Santo con su celo
iluminado había librado a Saboya de los errores
del Protestantismo, así la Pía Unión debía ser el
principio de un consorcio en grande, el cual, con
la contribución de todos los socios y con los
demás medios lícitos legales y de conciencia de
que pudiese disponer, atendería a todas las obras
de beneficencia instructiva, moral y material, que
se consideran como las más aptas y expeditivas
para impedir que la impiedad hiciese progresos
ulteriores y, si fuera posible, desarraigarla allá
donde hubiese arraigado.
Esta Unión, compuesta de seglares, para que no
pudiesen ciertos malvados apodarla, en su jerga de
moda, el último invento del negocio frailuno, la
habría querido incorporada a la Pía Sociedad y
ponía para ello un párrafo especial en las
primeras Constituciones, como se lee en los
primeros ejemplares copiados por Carlos
Ghivarello.
(**Es10.1199**))
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