((**Es10.1195**)
Rvmo. monseñor Antonio Espinosa, Vicario
General de Buenos Aires:
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté
siempre con nosotros.
El señor comendador Juan Bautista Gazzolo,
cónsul de la República Argentina en Italia, ha
hablado varias veces del celo de V. S. Rvma. y del
trabajo incansable que S. E. Rvma. el señor
Arzobispo, desarrolla en pro de esa vastísima
Diócesis. Al mismo tiempo me indicaba la escasez
de operarios evangélicos, especialmente de los que
se dedicasen exprofeso a la educación e
instrucción cristiana de la juventud.
Este benemérito señor, con el fin de favorecer
el espíritu de la Congregación Salesiana y hacer
el mayor bien posible a la República, a la que él
representa aquí, deliberó escribir a S. E. Rvma.
que los Salesiamos no serían contrarios a
ofrecerle sus escasas fuerzas, donde fuera
menester, y si esto fuera de su agrado.
V. S. Rvma., tuvo la bondad de contestar que el
señor Arzobispo acogió con agrado el pensamiento y
que recibiría gustoso a los nuevos misioneros y
los protegería.
Poniendo ahora por delante la más viva acción
de gracias a uno y a otro, le digo que estoy
dispuesto a aceptar el proyecto, y con este fin es
mi intención tratar de manera formal con V. S.
como representante del Ordinario diocesano.
((**It10.1303**)) Sería
muy útil para efectuar este proyecto lo que
escribe el doctor Ceccarelli, párroco de San
Nicolás, que está dispuesto a ofrecer casa,
parroquia y su apoyo a los Salesianos, si van de
una manera estable a realizar lo mucho que ahí
queda sin fruto por falta de operarios.
Así las cosas, se podría llegar a esta
proposición, que quiero adelantar humildemente a
la iluminada sabiduría de S. E.
1.° Yo enviaría algunos sacerdotes a Buenos
Aires para fundar allí un Asilo central. Sería muy
útil para ello disponer de una iglesia para las
funciones sagradas, especialmente para enseñar el
catecismo a los niños más abandonados de la
Ciudad. Me dice el mencionado doctor Gazzolo que
resultaría muy oportuna la iglesia la Virgen de la
Misericordia, que tendría que declararse vacante.
A falta de una iglesia pública, podríamos también
servirnos de algún local, apto de alguna manera
para recoger y entretener a los niños pobres.
2.° Enviaría, además, a San Nicolás los
sacerdotes, clérigos y laicos necesarios para el
servicio religioso, el canto y la enseñanza que
pidan las circunstancias.
3.° Desde estos dos centros podrían los
Salesianos ser enviados a otras partes como mejor
pareciere al Ordinario.
Si estos pensamientos parecen base suficiente
para concretar nuestro proyecto, V. S. podría
participármelo por escrito y yo me daré prisa en
efectuarlo.
Para su norma le diré que nuestra Congregación
está definitivamente aprobada por la Santa Sede y,
aunque el fin primario sea la educación de la
juventud pobre, sin embargo se extiende a todas
las ramas del sagrado ministerio.
Además, como el Padre Santo se ha constituido
él mismo nuestro Protector, desea que se le
presente la cuestión antes de llegar a una
conclusión definitiva. Por otra parte sé que le es
muy grato este proyecto, pues tiene particular
afecto a esos lejanos países, que fueron objeto de
su celo apostólico, cuando fue enviado como nuncio
de la Santa Sede 1.
1 Juan María Mastai Ferretti en 1824 fue en
Chile Auditor del Delegado Apostólico monseñor
Muzzi.
(**Es10.1195**))
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