((**Es10.119**)((**It10.121**)) La
visita fue inolvidable. La explicación detallada
del sueño, previamente avisado, despertó en el
corazón de los alumnos los más generosos
propósitos.
Entretanto, ya urgía la reanudación de las
obras del nuevo edificio. El intenso frío, que no
parecía acabar aquel año, había perjudicado la
construción, especialmente la parte que debía
acoplarse al antiguo edificio. Para poder
reemprender los trabajos en primavera, apenas
regresó a Turín, recurrió a Blas Foeri, excelente
señor, domiciliado en Lanzo.
Muy apreciado señor Blas:
Los gastos extraordinarios con que me he de
enfrentar para la construcción del edificio anejo
al Colegio de Lanzo, me estimulan a recurrir a
fuentes extraordinarias para llevar a término la
empresa comenzada. Deseaba hablarle hoy de un
pensamiento o de un proyecto que me parece muy
conforme con su voluntad de hacer el bien y que no
le causará mucha molestia. El reverendo Foeri
podrá explicárselo mejor de viva voz. Consiste en
la esperanza de un legado de su parte, cuando Dios
le llame al paraíso. Fiado en él, yo encontraría
quien me facilitara dinero, en caso de necesidad,
y hallaría también bienhechores, que me pagarían
los intereses por un tiempo indeterminado.
Como ve, hablo con confianza ilimitada, como
sólo se hace con personas que se sabe aman a
nuestra Santa Religión Católica y a la moralidad
pública, entre las que he conceptuado a V. S.
carísima.
Que Dios le bendiga, señor Blas, y le conceda
abundantes bendiciones del cielo y largos años de
vida feliz, mientras me profeso, agradecido,
De V.S.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Pocos días después aconsejaba al Director:
Querido Lemoyne:
No me fue posible escribir durante los pasados
días.
Te digo ahora que en estos asuntos es mejor
contemporizar. Si se quiere obtener algo, hay que
ir a la raíz. Cuando los hijos se deciden a
entregarse de veras a la religión, enseguida
empiezan a mejorar las cosas. Duele que padres tan
buenos sean tan escasamente correspondidos por
alguno de sus hijos. >>Pero, qué quieres? Uno solo
basta para acarrear el ((**It10.122**)) mal a
todos. Mas también para ellos no está lejos la
estrella de la buena suerte. Oración y paciencia.
Dios hará lo demás.
(**Es10.119**))
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