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autem pauci. Aquí no me falta lo necesario para
vivir honestamente, ni faltará para los Rvdos.
Padres de San Francisco de Sales. Serán bien
recibidos por todo el pueblo, puesto que el
párroco los recibirá bien y como hermanos.
La lengua y las costumbres son dificultades que
se vencen siempre que se quieran vencer. En mi
casa podrán estudiar la lengua y acostumbrarse a
los usos argentinos, y después dedicarse a la
enseñanza de la juventud y renovar el espíritu de
Dios en estos mis feligreses. Pueden establecer
colegios de toda clase y dedicarse al ministerio,
no sólo en San Nicolás de los Arroyos y en las
aldeas vecinas y en toda la Archidiócesis, sino
también en todas las diócesis, pues los señores
Obispos de éstas necesitan de buenos padres y me
quieren ((**It10.1296**))
mucho, de modo que una recomendación mía bastaría
para ser aceptados, favorecidos y protegidos.
Cuanto antes le escribiré más detalladamente.
Mañana voy a San Nicolás. Entretanto me repito
como siempre,
Su atto. y s. s.
PEDRO CECCARELLI
Y el buen párroco inició enseguida las
gestiones para que se confiara a nuestros primeros
Misioneros el colegio que se estaba terminando en
su ciudad. Su propuesta fue acogida con júbilo, de
modo que, lleno de optimismo y santa alegría, se
lo comunicaba al Cónsul, evidentemente en forma
oficial, con esta interesantísima carta:
San Nicolás,
11 de noviembre de 1874
Excelentísimo Señor:
Tengo el alto honor de manifestar a V. E. que
el gran asunto que me confió el señor Arzobispo de
Buenos Aires, ha llegado a término con resultado
satisfactorio. Tuve ante todo la alegría de haber
sido elegido por Dios para informar al señor
Arzobispo acerca de la nueva Congregación de San
Francisco de Sales, lo cual me resultó facilísimo
por haber admirado el celo verdaderamente excelso
del óptimo, más aún, incomparable sacerdote don
Juan Bautista Bosco en Roma en los años 1867, 1868
ó 1869, si mal no recuerdo. Después fui elegido
por la clemencia divina como instrumento para
realizar la gran empresa de la aceptación de la
Congregación Salesiana en esta ciudad, donde
tendrá un hermosísimo colegio, un magnífico
Oratorio público en la parte más sana de esta
misma ciudad, además de todo lo necesario para una
Comunidad de cinco, siete o nueve padres, sin
contar la servidumbre. Puedo también asegurar a V.
E. que el señor Arzobispo y los Vicarios Generales
de esta Archidiócesis desean ardientemente esta
nueva Congregación y hacen votos para que, cuanto
antes, dirija el nuevo Colegio San Nicolás y sea
dicha Congregación usufructuaria perpetua del
mismo.
La Comisión popular para la construcción de
dicho establecimiento está animada con las mejores
disposiciones para los Rvdos. Padres Salesianos y,
desde este momento, se constituye en protectora de
los mencionados Padres. Hay, además, aquí un
hombre verdaderamente de Dios y es <>, hombre octogenario, padre de
los pobres, sumamente católico y muy rico; él es
el Presidente
(**Es10.1189**))
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