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El lugar oportuno para abrir aquí un colegio
suyo sería San Pedro en Cielo de oro, que ya fue
en otro tiempo seminario diocesano y antiguamente
convento de los Canónigos Lateranenses y de los
Ermitaños de San Agustín. La iglesia contigua,
recordada por el divino poeta en el Paraíso y en
una carta de Petrarca a Boccaccio, es una iglesia
famosa por haber guardado durante mucho tiempo las
reliquias del santo Doctor de Hipona y de San
Severino Boezio. Hoy está profanada y reducida a
pajar, lleva las cicatrices de franceses,
austriacos e italianos. El edificio pertenece al
Ministerio de la Guerra, que lo tiene aquí sin
provecho alguno, puesto que no se presta en
absoluto para hospital militar, único servicio que
hizo hasta ahora. V. S. podría alquilarlo, y
después de una cosa nace otra. Le advierto para su
norma, que en cierta ocasión yo pedí la iglesia y
se me negó; posteriormente la pidió la
Administración de los bienes de la iglesia del
Carmen, y está todavía pendiente de respuesta,
pero corren voces de que el Gobierno no se negaría
a cederla como monumento de arte.
íQué alegría la mía, si pudiera tener a un
mismo tiempo a sus hijos y el antiguo sepulcro de
nuestro grandísimo Padre!
En noviembre el Ayuntamiento y el Clero de
Ceva, de la diócesis de Mondoví, rogaban a don
Bosco que aceptara la dirección de un colegio que
podría dar cabida a unos setenta alumnos internos
y, con pequeñas modificaciones que el Ayuntamiento
estaba dispuesto a hacer, podía tener capacidad
para ciento treinta o ciento cincuenta. Gozaba de
óptima posición, con aires salubérrimos y víveres
baratos, junto al ferrocarril recientemente
inaugurado, de Turín a Savona.
Por iniciativa del Siervo de Dios, don Luis
Guanella, ya se habían dado muchos pasos desde
1873 para abrir ((**It10.1293**)) un
colegio salesiano con escuelas elementales y
técnico-gimnasiales en Chiavenna, provincia de
Sondrio. Ya se había obtenido la aprobación del
Obispo y de las autoridades civiles, pero sugieron
algunas dificultades. Para no tardar en ver
realizado el ardentísimo deseo, en 1874 deliberaba
abrirlo en Campodolcino, y recogía para este fin
muchas adhesiones de toda clase de personas con
promesas de particulares ofrendas inmediatas o
dentro de dos o tres años. Se registraron en
cuadernos a propósito en los cuales se decía que
don Bosco era muy <>.
(**Es10.1186**))
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