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los Argentinos se considerarían afortunados, si
nuestra Congregación fundara una casa y se
extendiera en su Diócesis.
>>Al mismo tiempo llegó otra carta de don Pedro
Ceccarelli, párroco de San Nicolás de los Arroyos,
ciudad a una jornada de vapor de Buenos Aires. Me
decía que había oído al Cónsul Argentino hablar de
los Salesianos y que, por su propia y espontánea
voluntad, se aprestaba a dejar la ciudad y la
parroquia en nuestras manos, y que él iría a
ejercer su apostolado en otros lugares; añadía,
además, que ya se había construido un colegio en
aquella ciudad, que aún no se había abierto, y que
las autoridades municipales pensaban, tras su
consejo, entregarlo de buen grado a los
Salesianos, si éstos querían aceptarlo. No había
habido otras gestiones anteriores. El Cónsul
Argentino apoyaba estas invitaciones, y era el
intermediario.
>>Quedé sorprendido al leer estas cartas. Me
hice al punto con libros de geografía acerca de
América del Sur y los leí con atención. íAlgo
maravilloso! Por el contenido de los mismos y por
los grabados que tenían vi perfectamente descritos
los salvajes contemplados en el sueño y la región
por ellos habitada, la Patagonia, inmensa región
al mediodía de aquella República. Después de
muchas otras noticias, aclaraciones e
informaciones, ya no me cupo duda alguna. Todas
coincidían perfectamente con el sueño. Desde
entonces conocí perfectamente el lugar al que
tenía que dirigir mis pensamientos y mis
esfuerzos>>.
Monseñor Quinn había concertado enviar al
Oratorio a ((**It10.1270**)) cinco
muchachos para que se educaran allí gratuitamente
y volvieran luego a Australia, lo mismo si seguían
siendo seglares, que si se hacían Salesianos, para
ayudarle en su apostolado, como él escribía desde
Dublín:
ST. MARYS COLLEGE
DONNYB ROOK-DUBLlN 24
de septiembre de 1874
Rvmo. Señor:
Su apreciadísima carta del 21 de los corrientes
me ha llegado hoy; contestaré a ella dentro de
poco. Debo salir hoy mismo de Dublín y no tengo
tiempo más que para escribir estas pocas líneas.
Le recuerdo por ahora lo que hemos concertado
entre nosotros, esto es, que yo no tengo que
proveer a mis alumnos más que de lo necesario para
el viaje hasta Turín. Así las cosas, dentro de
poco llegarán cinco para mis misiones de
Australia, lo mismo si permanecen en el estado
seglar, que si se inscriben en su Congregación.
Saben ya algo de griego y de latín y también
matemáticas; pero no sé si están preparados para
la retórica.
Con distinguido aprecio, de V. S.
>> MATEO QUINN
P. D.-Estoy en correspondecia con el padre
Listin.
(**Es10.1165**))
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