((**Es10.1151**) Don
Joaquín Berto comunicó al abogado Menghini la
declaración del Arzobispo y éste le escribía: <>.
He aquí el himno, lector:
Al más amable de los Padres, DON JUAN BOSCO, en
su día onomástico sus Hijos, así su común alegría
manifestaban, pidiendo al cielo los más selectos
favores:
ODA
Volaron más lustros: recuerda aquel
día
Oh Juan, en que oíste el mensaje
celeste;
Gritaba: ídespierta!, que aguarda a
tu hueste
La cumbre sinaítica, al nuevo
Israel.
El lábaro eleva, que entre las
naciones
Convoque de jóvenes ígneos
corazones;
Y rico en botín conquistado al
infierno,
De Egipto abandone la ergástula
infiel.
Entre aclamaciones y entre
vituperios,
Por anchas llanuras o sendas
tortuosas
Marcaste un camino de espinas y
rosas
Probando ambas cosas: gozar y
sufrir.
Huyeron tus jefes los primeros años
Por miedo al trabajo y a los
desengaños;
Mas pronto acudieron nuevos
campeones
Que viste a millares de lejos
venir.
Fue largo el camino; y el Amalecita
Cercó a tus guerreros con fuerte
muralla;
Contigo enfrentóse en dura batalla
Y el necio, creyéndote vencido,
sonrió.
Mas presto las piedras limpió de tu
vía
La mística Nube, la Virgen María
((**It10.1254**)) Con
brazo potente que a tus enemigos
Cual polvo en el viento veloz
ahuyentó.
íVenciste! y tus hijos plantaron
sus tiendas
Junto al Monte santo cantando
victoria;
Sus frentes doblaron y al Dios de
la gloria
Abrieron sus brazos y su corazón.
Entonces se hundió la ladera del
Monte
Y un ángel del cielo cortó el
horizonte
Sin rayos, sin truenos, sin nimbos
cerrados,
Radiante el semblante de gozo y de
amor,
Oh Juan, bien grabadas en tablas de
oro
La ley nos traía: al ángel bravío
(**Es10.1151**))
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