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Ayuntamiento que la Comisión hiciera un depósito
de cien mil liras como garantía de la empresa. Era
necesario, por tanto, reunir dinero y, más que
nada, hallar una persona que se pusiera a la
cabeza de la obra. Quedaron suspendidos los
trabajos hasta que en 1871, como era cada vez
mayor la necesidad de una iglesia parroquial en el
barrio de San Segundo, la Junta pensó ponerse al
habla con don Bosco y confiarle la construcción.
Ilustres personajes eclesiásticos y seglares le
suplicaron la tomara a su cargo, considerando que
sólo él era capaz de llevarla a término. El
vicario capitular, monseñor Zappata, le llamó y,
sin más razones, le dijo que le obligaba en
conciencia a encargarse de aquella construcción,
pues de otro modo fracasaría el proyecto, y por su
culpa se quedarían muchos cristianos sin poder
cumplir los deberes religiosos por falta de un
templo.
Don Bosco inclinó la cabeza, confiando en los
auxilios de la providencia. Y entonces don Antonio
Nicco, administrador ((**It10.116**)) de la
parroquia de San Carlos, a la que pertenecía el
lugar elegido para la construcción del sacro
edificio, juntamente con don Bosco y el párroco de
la Crocetta, elevó una instancia al Alcalde para
que se apresurasen las gestiones y se pudiera
comenzar la construcción. El Alcalde preguntó
enseguida a la Comisión interina para la
construcción del nuevo templo cuál era su parecer,
y el Secretario, después de oportunas
conversaciones con don Bosco, respondió:
25 de abril de 1871
Ilmo. señor Alcalde:
En respuesta al contenido de la respetable
comunicación de V. S. Ilma. del 26 del pasado
marzo, n.° 170, y de acuerdo con las
conversaciones sucesivamente tenidas con la
Comisión para la construcción de la iglesia
parroquial en la plaza de San Segundo, se creyó en
el deber de conferenciar con el reverendo
sacerdote don Bosco para concertar, mediante la
fusión de las respectivas ideas, la manera de
construir dicha iglesia, que ha de servir
entretanto para el Oratorio proyectado por el
mencionado sacerdote y para las funciones
eclesiásticas, sin perjuicio de que después se
convierta, con el andar del tiempo, en Parroquia,
cuando, con la intervención de la Autoridad
eclesiástica, se haga la determinación de sus
límites.
Me cabe el honor de anunciar a V. S. Ilma. que
el sacerdote don Bosco, con cuyas diligencias
sería construida la iglesia, y gracias también a
las aportaciones ya recogidas y que faltan por
recoger de la Comisión, adoptaría los planos
trazados por el arquitecto Formento, ya aprobados
por la Junta de Ornamentación. En consecuencia, no
parece haya ninguna dificultad para la
construcción del edificio, sobre todo porque la
Comisión promotora celebra que el reverendo
sacerdote mencionado asuma tamaña carga.
Así pues, la Comisión promotora, de acuerdo con
las intenciones ya manifestadas en la mencionada
comunicación por V. S. Ilma. en nombre del
Ayuntamiento:
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