((**Es10.1112**)
Aquel mes, por los buenos oficios de monseñor
Fratejacci y el aprecio universal de que gozaba,
de modo particular en Roma, fue inscrito como
miembro en la Academia de la Arcadia.
G.V.C.
AGESANDRO TESPORIDES, Custodio General de la
Arcadia al Ilustrísimo y Reverendísimo sacerdote
JUAN BOSCO de Turín.
La Arcadia, con el propósito de honrar a los
valiosos, que por la excelencia de ingenio, unida
al mérito de selectas costumbres y a la cultura de
óptimos estudios, se señalan en la profesión de
las Letras, las Ciencias y la Erudición, a
propuesta de los gentilísimos y valiosísimos
Copastores nuestros Larisso Cisseleno y Eristeno
Nassio, ha querido declararos Pastor Arcade y,
contándoos en el número registrado en el Catálogo
de los que componen esta antigua república
literaria, os ha dado, según nuestro uso
académico, el nombre de Clístenes Casiopeo.
La Academia, al declararos adjunto a su
comunidad, confía que no sólo mantendréis la
observancia de sus leyes, sino que contribuiréis
también a fomentar cada vez más con la dignidad de
las letras el honor del instituto arcádico.
Dado, desde el Bosque Parrasio, a 12 de octubre
del año 1873.
Después de la Restauración de la Arcadia, año
183, de la Olimpiada 46.
El Custodio General
AGESANDRO TESPORIDES
Larisso Cisseleno era el canónigo Juan Bautista
Fratejacci, Eristeno Nassio el canónigo Agustín
Bartolini, Agesandro Tespórides, custodio general,
monseñor Esteban Ciccolini.
((**It10.1212**)) El
diploma quedó registrado en el tomo VIII, con el
número 267; y en 1874 le fue remitido otro con
fecha 14 de febrero, registrado en el tomo VIII,
al número 320, como veremos.
En el mismo mes recibía comunicación el teólogo
Albert, Vicario de Lanzo, de que el Papa lo había
elegido Obispo de Pinerolo. El humilde Siervo de
Dios (cuya causa de beatificación ha sido
introducida) lo anunció desde el púlpito, llorando
e invitando a los feligreses a pedir al Señor que
le enviara la muerte íantes que la mitra adornara
su frente!
La noticia despertó una angustia general, y se
esparció la falsa voz de que don Bosco había dado
impulso a aquella promoción para apoderarse nada
menos que del Hospicio de la Inmaculada
Concepción, fundado por el canónigo Albert. Don
Juan Bautista Lemoyne escribió a toda prisa a don
Bosco:
(**Es10.1112**))
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