Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es10.1091**) La familia Sigismondi, que admiraba al Santo, deseaba muchísimo poderlo hospedar, y fue felicísima al año siguiente que pudo tenerlo en su casa durante tres meses y medio. Don Bosco había entregado a don Antonio Sala un paquete de papeles sellado, con la orden tajante de entregarlos personalmente en manos del cardenal Antonelli. Cuando éste lo tuvo en sus manos, lo abrió a toda prisa, echó una ojeada al contenido y preguntó a don Antonio Sala si podía volver a verle. -Sí, contestó; voy a Ceccano, donde se trata de abrir una casa salesiana y, antes de volver a Turín, pasaré a ver a vuestra Eminencia. -íMuy bien! Yo prepararé otros documentos para entregarlos en mano a don Bosco. Así lo hizo. Decía don Antonio Sala que él creía que aquellos documentos se referían al asunto de las temporalidades de los Obispos. En una de estas visitas al Vaticano, encontróse don Antonio Sala con el Papa que, seguido de muchos Prelados, salía a dar un ((**It10.1189**)) paseo por el jardín. Uno de ellos dijo al Padre Santo señalando a don Antonio Sala: -íEs un Salesiano! Detúvose el Papa. Hizo señas a don Antonio para que se acercara y le dijo: -íAh, sois de don Bosco! Y >>cómo está don Bosco? Y volviéndose al noble séquito, siguió diciendo: -íOigan, oigan, señores! Don Bosco tiene algunos colegios y muchísimos jóvenes: en uno se estudia, en otro se trabaja... Y comenzó a contar con gran satisfacción que don Bosco mismo, tiempo atrás, trabajaba de sastre, de carpintero, de zapatero; siguió después describiendo el Oratorio de Valdocco, donde se oye el rumor de las máquinas por un lado, y por otro las armonías de la clase de música instrumental; aquí, en una sala, el solfeo de la clase de canto, más allá el ruido de las sierras y los martillazos, mientras, en otra parte, se da clase de gimnasia. Y don Bosco lo dirige todo, mantiene todo en orden, provee la comida para todos; predica, confiesa, promueve muchas vocaciones, y es el alma de los más alegres y movidos recreos, hasta que suena la campanilla y hacen todos silencio y va cada cual a su puesto. El venerando Pontífice siguió hablando largo rato del apostolado de don Bosco con el mayor entusiasmo. Recordaba evidentemente los tiempos en que él también hizo tanto bien a la juventud, cuando (**Es10.1091**))
<Anterior: 10.1090><Siguiente: 10.1092>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com