((**Es10.1064**)
Me dijo su señora sobrina, al entregarme el
mencionado título, que debía venderse para
repartir el producto de la venta; también le daré
cuenta de ello.
íQué terrible catástrofe para la Residencia
Sacerdotal! El prefecto de sacristía, el ecónomo y
el Rector llamados a la eternidad, esperamos que a
la vida bienaventurada, en tan pocos meses...
Entre tanto pido a Dios que les guarde, señora
Eurosia, a usted y a su señor marido, y les
conceda mucha salud y largos años de vida feliz
con el precioso don de la perseverancia en el
bien. Pidan también ustedes por mí y créame con la
más profunda gratitud,
De V.S.
Lanzo, 8 de mayo de 1873.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Mañana, 9, vuelvo a Turín.
La señora Eurosia siguió insistiendo, aun por
correspondencia, para encontrar la solución de la
intrincada madeja. El 25 de mayo escribía a
monseñor Gastaldi:
((**It10.1160**)) El
difunto don José Begliati afirmaba también, unos
días antes de morir y de que yo volviera a Roma,
haber encontrado en el cajón, donde mi pobre
hermano Félix guardaba sus valores, dos cartuchos
diferentes de monedas: en uno había quince
marengos y en el otro veinticinco, también en oro,
con dedicatorias que decían al Santo Padre en el
primero; mi óbolo a Pío Nono, en el segundo, y que
estas monedas han sido entregadas a V. E.
Deseando cumplir yo misma la piadosa voluntad
de mi querido difunto, como heredera de sus bienes
y de los sentimientos religiosos, que con él
compartí para con la Santa Sede, ruego a V. E.
tenga a bien enviarme por correo y lo antes
posible esos dos dichos cartuchos, pues he
recibido promesa de ser recibida por Su Santidad.
Tres días más tarde, el 28, le contestaba el
teólogo Chiuso:
S. E. Rvma. el señor Arzobispo me encargó que
respondiera a la carta de V. S. del 25 de los
corrientes advirtiéndole que los veinticinco
marengos que dejó su buen hermano difunto, el
teólogo Félix Golzio, para el Padre Santo, fueron
enviados inmediatamente a Su Santidad por medio de
la Unidad Católica y anunciados en este diario
bajo las letras N. N. por miedo a que el
recaudador de impuestos exigiera el derecho de
sucesión. Los otros quince le serán entregados por
el agente de cambio Piatti con un descuento de
cuatro liras con cincuenta y cinco céntimos por
los gastos de envío; así que la cantidad que se le
envía asciende a catorce marengos y quince liras y
media en plata, cuyo recibo le ruego envíe a su
comodidad.
Incluyo en la presente el papel en que estaban
envueltos los marengos; de él se
(**Es10.1064**))
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