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gestas religiosas, que estaba dotado de visiones
celestiales y que había recibido de san Pedro la
señal que llevaba en la frente... íEn la autopsia
se comprobó que se trataba de un vulgar tatuaje!
En 1869, junto con Marcus, volvió a su pueblo y
comenzó a construir una torre en el monte Labbro;
con tal motivo descubrió una gruta. Este hecho
aumentó el número de sus seguidores. Pero,
mientras construía la torre, ésta se vino abajo, y
entonces la substituyó por un eremitorio y una
iglesita. Antes fundó la Santa Liga de la
Hermandad Cristiana, después la Sociedad de las
Familias Cristianas, en forma de asociaciones
religiosas, más o menos comunistas, contra las que
no tardaron en reaccionar los intereses privados.
En 1873, como el asceta se encontrara en graves
dificultades económicas, determinó emigrar a
Francia. Uno de sus más fieles adeptos lo acompañó
hasta Turín, y volvió enseguida al Monte Labbro
para cuidar los intereses de la asociación.
En aquel tiempo estaba don Bosco todavía en
Roma. Sin embargo, Lazzaretti, junto con su hijo,
que decía había de ser el general en jefe del
ejército salvador del mundo, se hospedó en el
Oratorio. Pero, el que se llamaba profeta, rezaba
poco o nada, y no se santiguaba ni antes ni
después de comer, por lo que don Juan Cagliero le
llamaba <>. Sin
embargo, muchos estaban prendados de él y, como el
juez de paz de Belley, le enviaban dinero en
brillantes monedas de oro, y aun en los días de su
hospedaje en el Oratorio.
Cuando estuvo de vuelta don Bosco, pidió
hablarle. Apenas lo vió, le caló y le dijo que no
tenía tiempo que perder y que, a lo sumo, le
concedería ((**It10.1145**)) un
cuarto de hora. Fue el hombre una mañana a
hablarle en su habitación y empezó a contarle su
historia, comenzando por la creación del mundo. El
Santo le cortó enseguida y, sin más, le intimó que
fuera al grano.
-íEs necesario que usted oiga todo para dar un
juicio prudente!
-Contésteme, le dijo don Bosco: >>cuánto tiempo
hace que no se confiesa?
-íEsto no hace al caso, reverendo!
-íVaya si hace al caso la confesión! Como que
yo la pongo en primer plano.
-Yo voy a confesarme cuando lo necesito.
Comprendió don Bosco que a él no le llegaba
nunca la necesidad de confesarse, y siguió
preguntándole:
->>Sabe usted hacer la señal de la Santa Cruz?
->>Qué necesidad hay de hacer estas preguntas?
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