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1. En graves apuros
El 1873 fue un año de graves apuros económicos.
El día 3 de enero envió don Bosco al Ilmo.
Señor Gobernador, Presidente del Consejo
Provincial de Turín, esta instancia:
Ilmo. Señor Gobernador:
Ruego a V. S. Ilma. se digne en su bondad, leer
brevemente lo que expongo en favor de los pobres
muchachos albergados en la casa llamada Oratorio
de San Francisco de Sales. Este establecimiento se
ha mantenido en el pasado, gracias a la ayuda
constante de la beneficencia cotidiana, hecha
excepción de una pequeña anualidad del
Ayuntamiento de Turín y de algunos subsidios
especiales que, merced a su bondad, se obtuvieron
de los Ministerios de Gobernación y de la Guerra,
especialmente de prendas de vestir.
Pero este año, la multitud de los que piden ser
aceptados, el aumento de precios en todo género de
comestibles y la notable disminución de limosnas
de los particulares, hacen que me encuentre en la
apremiante necesidad de encomendarme a su
reconocida caridad y, por su mediación, a los
Señores de la Diputación Provincial.
V. E., Señor Gobernador, conoce nuestra
situación. En este centro se albergan muchachos
pobres, de los doce a los dieciocho años de edad.
Aquí asisten a las escuelas nocturnas, algunos
también a las diurnas, aprenden música y gimnasia,
y, al mismo tiempo, se les enseña diversos oficios
con los que poder ganarse honestamente el pan de
la vida, en su día.
Vienen de cualquier pueblo, pero la mayoría
pertenece a la provincia de Turín. De los
ochocientos cincuenta internados en la casa, cerca
de trescientos veinte son de esta nuestra
Provincia. Por este motivo suplico a V. S. Ilma.
tenga a bien ser nuestro protector ante los
Señores de la Diputación Provincial, advirtiendo
que:
Estos jovencitos, en su mayor parte, han sido
enviados a este establecimiento por las
Autoridades Estatales o Municipales de los pueblos
de la provincia de Turín;
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Abandonados a sí mismos, estos muchachos andarían
tal vez vagabundos y expuestos a los peligros de
la inmoralidad y causando preocupación a las
autoridades públicas;
Sólo pido una ayuda para este caso excepcional
y para la porción quizá más digna de la sociedad,
que es la de los hijos del pueblo humilde;
Dado que la Diputación Provincial ya ayuda a
otros institutos del mismo género, es de esperar
que acogerá favorablemente esta humilde súplica.
Todos estos motivos, apoyados en la conocida y
probada caridad de V. S. y de los Señores de la
Diputación Provincial, me ofrecen fundada
esperanza de conseguir el implorado socorro para
superar las dificultades de la presente crítica
cosecha, con plena confianza de que, después de
éstos, tendremos tiempos mejores.
Pido a Dios conceda toda suerte de bienes a V.
S. Ilma. y a todos los que prestan su ayuda a la
educación de la juventud, al honor del cristiano y
a los deberes del buen ciudadano, mientras con la
más profunda gratitud me cabe el honor de
profesarme,
De V. S. Ilma.
Turín, 3 de enero de 1873.
Humilde y seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es10.1031**))
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