((**Es10.1021**)
Por consiguiente, las cartas que se envían,
entréguense abiertas en todo colegio o casa, al
Director o a la persona por él señalada. El
Director abra todas las cartas que se reciben y
entréguelas abiertas a aquéllos a los que van
dirigidas; pero hágase esto con mucha prudencia y
caridad.
2.° Cuando un socio pide permiso al Director
para salir, dígale siempre también el motivo de la
salida, el lugar adonde irá y el tiempo aproximado
que tardará en volver.
3.° Cuando, por cualquier motivo, va uno de los
nuestros de una casa a otra, aunque sea para poco
tiempo, entregue ante todo al Director de aquella
casa la carta de presentación. Con este acto se
entiende que queda bajo su dependencia, lo mismo
que dependía de su Superior ordinario.
4.° Cuando por cualquier motivo (enfermedad,
vacación, o el que fuere) un socio se encuentra
fuera de nuestras casas, no emprenda viajes ni
cosa alguna de importancia sin previo
entendimiento con su Director, o con los
Superiores.
5.° Todo socio tenga un ejemplar de nuestras
Reglas, para que pueda cómodamente leerlas,
meditarlas, y practicarlas a su tiempo.
6.° La obediencia no sea personal, sino
religiosa. No se obedezca en atención a la persona
que manda, o porque se nos manda con buenos modos,
sino obedézcase por la seguridad de que se hace la
voluntad de Dios cumpliendo el mandato.
7.° Elija cada cual el día más cómodo para el
ejercicio de la buena muerte. Pero notifiquese
este día a los Superiores, para que queden
suspendidas todas las ocupaciones no absolutamente
necesarias. ((**It10.1113**)) Por
ejemplo, si uno debe atender a una clase, dé sólo
la clase hasta donde le sea posible, pero no
estudie ni corrija los deberes; y en el tiempo
libre atienda a las prácticas de piedad que la
Regla manda hacer en dicho día.
8.° Preocúpense todos los sacerdotes,
especialmente durante los ejercicios espirituales,
de repasar las rúbricas y hacer que alguno de los
sacerdotes más cuidadosos le observe por si falla
a alguna ceremonia en la celebración del Santo
Sacrificio.
9.° Tomen las medidas oportunas los Superiores
y esmérese cada socio para que en todas nuestras
Casas se introduzca y se mantenga una manera
uniforme, grave y devota en el rezo de las
oraciones, sin precipitación y con una
pronunciación clara de las palabras.
10.° Para la buena marcha de la Congregación,
según nuestras Reglas, y para conservar la unidad
de espíritu, siguiendo el ejemplo de los demás
institutos religiosos, se designa un Director o
confesor estable para los que pertenecen a la
Sociedad. En cualquier casa donde se encuentre el
Rector Mayor, él es el confesor ordinario de la
misma. En Turín lo suple actualmente don Miguel
Rúa. En las demás casas el Director de cada una de
ellas es confesor ordinario; en su ausencia, el
que designe.
11.° Apoyémonos mucho el uno al otro,
especialmente ante los subalternos, y
manifestémonos recíproco aprecio y afecto. Véase
en todas las casas que hay estrecho acuerdo entre
los Superiores. Defiendan siempre todos la buena
reputación de la Congregación, prestando y
haciendo que se preste acatamiento a las
deliberaciones y disposiciones, que de ella
vinieren, y hablando siempre de ella con respeto y
veneración.
(**Es10.1021**))
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