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espero que puedan serviros a vosotros de lección
en los diversos cargos, que os pueden ser
confiados.
No entiendo por disciplina la corrección, el
castigo o el palo, cosas que ni siquiera hay que
mentar entre nosotros ni tampoco el artificio o
maestría ((**It10.1102**)) en
cualquier cosa; por disciplina entiendo una manera
de vivir conforme a las reglas y costumbres de un
Instituto. Por consiguiente, para obtener buenos
resultados con la disciplina, es menester que las
reglas sean observadas por todo el mundo. Dadme
una familia en la que sean muchos a recoger y uno
sólo a desparramar; un edificio en el que todos
estén construyendo y uno sólo destruyendo, y
veremos cómo la familia se arruina y el edificio
se deshace y se reduce a un montón de escombros.
Esta observación debe tenerse en cuenta con los
socios de la Congregación y con los jovencitos,
que la Providencia confía a nuestros cuidados; por
tanto, la disciplina no surtirá sus efectos si no
se observan las reglas de la Sociedad y del
Colegio.
Creedlo, queridos míos, de esta observancia
depende el progreso o el hundimiento moral y
científico de los alumnos.
Al llegar a este punto, me preguntaréis:
>>cuáles son esas reglas prácticas, que nos pueden
ayudar para adquirir tan precioso tesoro? Son dos:
una general y otra particular. En general,
observad las reglas de la Congregación y la
disciplina triunfará. Nadie ignore las reglas
propias de su cargo, obsérvelas y hágalas observar
a sus subordinados. Si el que está al frente de
otros no es observante, tampoco puede pretender
que sus dependientes hagan lo que él descuida; de
lo contrario se le diría:
médice, cura te ipsum; sin embargo, para llegar a
algunos casos prácticos, señalaré las cosas que
pertenecen a cada uno en particular.
1. El Director.-Debe conocer los deberes que
los Socios en su calidad de miembros de la
Congregación, y los correspondientes a su cargo.
No es necesario que él trabaje mucho, sino que
vigile para que cada cual llene el papel que le
corresponde. Nuestras casas pueden compararse a un
jardín. No es preciso que el jardinero jefe
trabaje mucho, basta que busque obreros prácticos,
los instruya sobre la jardinería, los asista, los
avise a su tiempo y se encuentre también presente
en las cosas más importantes para ayudar al que
estuviese en apuros en las cosas de mayor
importancia. Este jardinero es el Director; las
tiernas plantas son los alumnos, todo el personal
son los cultivadores dependientes del amo, es
decir, del Director, que tiene la responsabilidad
del trabajo de todos.
Además, ganará mucho el Director si no se aleja
de la casa que se le confió, a no ser por justos y
graves motivos; y cuando éstos llegaren, no se
aleje nunca sin antes dejar a quien lo supla en
cuanto pueda ocurrir.
Con toda caridad visite a menudo, o por lo
menos pida cuenta de los dormitorios, de la
cocina, de la enfermería, de las clases y del
salón de estudio. Actúe constantemente como padre
amoroso, que desea saberlo todo para hacer bien a
todos, y no causar mal a ninguno.
2. El Prefecto.-El Prefecto o censor de la
disciplina debe tener ((**It10.1103**)) a su
cuidado la observancia del horario de la casa;
impedir, hasta donde sea posible, las relaciones
de los internos con los externos; hacer que los
asistentes, y en general todos los que tienen
alguna autoridad, se encuentren con los muchachos
durante el tiempo del recreo; indústriese para que
en los paseos no haya paradas, es decir, ratos en
los que los alumnos, interrumpiendo la marcha,
tengan la oportunidad de alejarse del grupo
eludiendo la vigilancia de los asistentes. No se
separe ninguno de las filas, ni vaya a bares u
hosterías; no se junte con los externos ni
introduzca libros, periódicos o cartas sin pasar
por manos de los Superiores.
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