((**Es1.87**)((**It1.88**))
CAPITULO XI
EL PASTORCILLO DILIGENTE -HUMILDAD DE JUAN Y SU
MORTIFICACION EN LA COMIDA - PRACTICA DE LA
ORACION
ANTES de continuar nuestra narración es obligado
hablar del lugar donde se verificaron las escenas
que vamos a exponer. Quien hace el camino que va
de Buttigliera al caserío de I Becchi, que es un
arrabal de la población de Morialdo, ve a su
derecha una colina, en lo alto una humilde casita
y, desde el pie de la misma hasta el camino, un
prado sombreado por unos árboles. En aquella
casita moraba Margarita, y, en aquel prado,
apacentaban una vaquilla sus hijos José y Juan.
<> 1,
era el aviso que, repetido al oído de aquellos
jóvenes, infundía en ellos la persuasión de que
debían huir la ofensa de Dios y dedicarse a un
quehacer continuo, de suerte que para ellos se
había hecho necesario tener siempre un trabajo
entre manos. Y era empeño de aquella madre
solícita mantenerlos siempre ocupados en
cosas compatibles con su edad. Margarita confió a
Juanito el oficio
de pastor y él lo tomó con singular diligencia;
cada día se le veía con
la mano al ronzal ((**It1.89**)) atado a
los cuernos de la vaca, para que no se
metiera en los campos de los vecinos. Así nos lo
ha contado Juan Filippello, coetáneo suyo, quien
aseguraba que ya entonces Juanito
transparentaba en sus facciones algo fuera de lo
común. <>.
//1 Eclesiástico, XXXIII, 28.//(**Es1.87**))
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