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y que se iban haciendo buenos. A él le parecía que
ésta era la única felicidad posible en la tierra.
Prevenido por la gracia divina, sin saberlo estaba
anhelando su misión futura, teniendo siempre en el
corazón el santo temor de Dios, principio de la
sabiduría, la cual <((**It1.50**)) su
comienzo, el más seguro, es el deseo de
instruirse, procurar instruirse es amarla, amarla
es guardar sus leyes, atender a sus leyes es
asegurarse la incorruptibilidad y la
incorruptibilidad hace estar cerca de Dios; por
tanto, el deseo de la Sabiduría conduce a la
realeza>> 1.
1 Sabiduría, VI, 13, 14, 16, 17-20.(**Es1.58**))
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