((**Es1.44**)
tiempo en que más furiosa se entablará la lucha
entre el bien y el mal, ambos se encontrarán en su
sitio, cada uno realizando su propia misión
providencial.
Una dulce paz, jamás turbada ni por un solo
momento, reinaba en la familia Bosco. <> 1. Margarita, amante del orden y del
((**It1.34**))
silencio, de gran cordura y prudencia, velaba por
la economía; mientras el buen Francisco,
trabajando los campos con su sudor, proporcionaba
el sustento a su madre septuagenaria y achacosa, a
sus tres hijos y a dos obreros del campo. La mayor
preocupación de los esposos era guardar los
preciosos tesoros que de Dios habían recibido: por
eso, vigilaban para que nada pudiera menoscabar su
inocencia.
Entre la gente del pueblo gozaban de gran
estima por su honradez sin tacha y su vida
verdaderamente cristiana: esa fama perdura
todavía, después de tantos años. Esta es la mejor
herencia que se puede dejar a los hijos, porque
<> 2.
Desgraciadamente, en esta tierra toda alegría
tiene término. Dios
misericordioso visitó aquella casa con una grave
desventura. Francisco, lleno de fuerzas, en la
flor de la edad, dedicado por entero a educar
cristianamente a sus hijos, un día en que volvía a
casa completamente bañado en sudor, entró
imprudentemente en la subterránea y fría bodega.
Cortada la transpiración, al anochecer se le
manifestó una fiebre violenta, precursora de grave
pulmonía. Todos los cuidados resultaron inútiles y
en pocos días se encontró al fin de su vida.
Fortalecido con los auxilios de la Religión,
animaba a su desolada esposa a poner su confianza
en Dios; y en los últimos instantes, llamándola a
su lado, le dijo: Mira qué gran gracia me concede
el Señor. Quiere que vaya a El hoy, viernes, día
que recuerda la muerte de nuestro divino Redentor,
y precisamente a la misma hora en que El murió en
la cruz, cuando tengo la misma edad que El en su
vida mortal. - Y después de rogarle que no se
afligiera excesivamente por su muerte y se
resignara a la voluntad de Dios, añadió: - Te
recomiendo muy mucho a nuestros hijos, pero de un
modo especial cuídate de Juanito.
Francisco acababa su vida a la hermosa edad de
treinta y cuatro años cumplidos, el 11 de mayo de
1817, en una habitación de la alquería de los
Biglione. Al día siguiente, su cadáver fue llevado
al
// 1 Eclesiástico, XXVI, 14.
2 Eclesiástico, III, 11.//(**Es1.44**))
<Anterior: 1. 43><Siguiente: 1. 45>