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altura para arrancar hojas con que cuidar a los
gusanos de seda; cayó al suelo y del golpe quedó
sin sentido. Al volver en sí, se dio cuenta, con
gran sorpresa, de que no se había hecho ningún
daño; pero, estaba todavía sentada en el suelo
dando gracias a Dios cuando le cayó encima la rama
desgajada, causa de su desgracia; tal golpe le dio
en la frente que le dejó una señal que conservó
mientras vivió.
íQué bueno es el Señor con los que le temen! De
cuántas maneras premió a Margarita haberle
guardado tan cuidadosamente el sagrado depósito
que le había entregado en la persona de su hijo
Juan. Está escrito: <>. 1
Pero el premio más apreciado y querido para
Margarita será ver descollar en el corazón de su
hijo las virtudes, cuya semilla ella había
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depositado; leer en sus ojos la inmensa paz de su
conciencia; gozar de su inalterable felicidad por
haber correspondido a la divina vocación;
comprobar que se entrega completamente a promover
la gloria de Dios; observar la manifiesta y
continua protección que la divina Providencia
dispensaba a sus empresas; verlo siempre
preocupado por la salvación de las almas, la
destrucción del pecado; contemplarlo totalmente
lleno de aquella alegría, que engendra el
pensamiento de la presencia de Dios, como lo
describe el real Profeta: <>2
1 Eclesiástico, XXX, 2.
2 Salmo, 104, 33.
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