((**Es1.412**)
primera misa: El sacerdote no va sólo al cielo ni
va solo al infierno. Si obra bien, irá al cielo
con las almas salvadas por él con su buen ejemplo;
si obra mal y da escándalo, irá a la perdición con
las almas condenadas por su escándalo. Por lo
tanto, me empeñaré en guardar los siguientes
propósitos:
>>1 ) No haré paseos, sino por necesidad grave:
visitas a enfermos, etcétera.
>>2) Ocuparé rigurosamente bien el tiempo.
>>3) Padecer, trabajar, humillarme en todo y
siempre, cuando se trate de salvar almas.
>>4) La caridad y la dulzura de San Francisco
de Sales serán mi norma.
>>5) Siempre estaré contento de la comida que
se me presente, con tal que no sea nociva para la
salud.
>>6) Beberé vino aguado y sólo como medicina,
es decir, cuando lo reclame la salud.
>>7) El trabajo es una arma poderosa contra los
enemigos del alma; por ello no daré al cuerpo más
de cinco horas de sueño cada noche. Durante el
día, especialmente después de la comida, no tomaré
ningún descanso. Haré alguna excepción en caso de
enfermedad.
>>8) Destinaré cada día algún tiempo a la
meditación y a la lectura espiritual. Durante el
día haré una breve visita, o al menos una oración,
al Santísimo Sacramento. Tendré ((**It1.519**)) un
cuarto de hora al menos de preparación y otro
cuarto de hora de acción de gracias, al celebrar
la santa misa.
>>9) No conversaré con mujeres, fuera del caso
de oírlas en confesión u otra necesidad
espiritual>>.
Estos recuerdos los escribió el 1841. Pero en
su conocido manuscrito don Bosco escribe además lo
siguiente:
<(**Es1.412**))
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