((**Es1.409**)((**It1.514**))
CAPITULO LVI
JUAN PASA LOS ULTIMOS EXAMENES DE TEOLOGIA
-MAGNIFICAS ALABANZAS QUE LE TRIBUTAN SUS
CONDISCIPULOS -EJERCICIOS ESPIRITUALES PARA
PREPARARSE A LA ORDENACION SACERDOTAL -LA PRIMERA
MISA DE DON BOSCO -LA EFICACIA DE LA PALABRA
-MEMORABLES CONSEJOS DE SU MADRE MARGARITA.
HEMOS llegado ya al término de la primera parte de
nuestra historia. Juan Bosco avanza a pasos
agigantados hacia el cumplimiento de sus ardientes
deseos, hacia el día vivamente suspirado de su
ordenación sacerdotal, que abrirá ante sus ojos un
inmenso horizonte para la salvación de las almas.
<>. 1
Al volver al seminario, Juan se presentó a los
exámenes que suelen darse a principio de curso, y
obtuvo, como de costumbre, un óptime, como resulta
del acta de calificaciones obtenidas por los
seminaristas, escrita por el profesor Appendini y
que nosotros conservamos ((**It1.515**)).
Pero, antes de salir del seminario le preparaba
el Señor una pequeña humillación. En los segundos
exámenes que tuvieron lugar el 17 de febrero de
1841, no alcanzó más que un fere óptime. Fue
examinado por el teólogo doctor Lorenzo Gastaldi.
Le preguntó sobre un punto que, o no había tenido
tiempo de estudiar o tal vez no lo creía materia
de examen; él, sin descomponerse, improvisó y
chapurreó un canon del Concilio de Trento con las
palabras que se le ocurrieron. ->>Eso es lo que
dice el Concilio?- preguntó Gastaldi admirado de
tanta desenvoltura. Don Bosco se echó a reír e
hizo reír también al examinador. El sábado
Sitientes de 1841, antes del Domingo de Pasión,
recibió el diaconado. El 15 de mayo sufría el
examen para la última ordenación y obtenía un plus
quam óptime. Era
1 Eclesiástico, XI, 12.
(**Es1.409**))
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