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((**Es1.376**) su inalterable tranquilidad, con los ojos fijos en un crucifijo que sostenía entre sus manos, juntas sobre el pecho, se esforzaba en repetir las palabras que le sugería. Como unos diez minutos antes de expirar me llamó por mi nombre y: -Si quieres algo para la eternidad, me dijo... íadiós! yo me voy. Jesús y María, en vuestras manos pongo el alma mía. -Estas ((**It1.469**)) fueron sus últimas palabras. Por la rigidez de los labios y la sequedad de la lengua ya no podía repetir las jaculatorias que se le sugerían, pero las recomponía y articulaba con los movimientos de los labios. >>Dos diáconos, don Sassi y don Fiorito, que allí estaban presentes, le leyeron el ''Sal, alma cristiana...''. Cuando terminaron, en el momento en que se pronunciaban los santos nombres de Jesús y María, siempre con el rostro sereno y sonriente, dibujando una dulce sonrisa a manera de quien queda sorprendido a la vista de algo maravilloso y agradable, y sin hacer el menor movimiento, su hermosa alma se separó del cuerpo, volando, como piadosamente se espera, a descansar en la paz del Señor. Su feliz tránsito tuvo lugar a las dos de la mañana, antes de asomar la aurora del 2 de abril de 1839, a la edad de veintidós años, menos cinco días>>. <> (**Es1.376**))
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