((**Es1.337**)((**It1.416**))
CAPITULO XLVII
VACACIONES DEL SEMINARISTA JUAN BOSCO -UN BANQUETE
-EL VIOLIN -LA CAZA -MODELO DE SEMINARISTA EN
VACACIONES -DA REPASO A UNOS MUCHACHOS -ESTUDIA
HISTORIA SAGRADA, GEOGRAFIA, HEBREO Y FRANCES -SE
REPITE EL SUEÑO DE MORIALDO -PREDICCION CUMPLIDA
EN el decurso de nuestra narración hemos admirado
muchas veces la humildad de Bosco, que se acusa en
sus memorias como culpable de unos hechos, que
nada tienen en sí mismos de pecaminosos, o que son
excusables por la inadvertencia y el ardor
juvenil. Hemos releído sus páginas y las
encontramos en contradicción con lo que de él
dijeron sus contemporáneos. De donde llegamos a la
conclusión que don Bosco quiso presentar en sí
mismo, recargando las tintas, los defectos en que
suelen caer y los peligros en que fácilmente se
pueden encontrar los muchachos, los estudiantes,
los seminaristas cargados de buena voluntad, para
hacer el bien, pero faltos de experiencia. Son
advertencias y lecciones de un padre a sus hijos,
para que no se desanimen en la continua lucha
contra el amor propio, contra los obstáculos que
se prestan para alcanzar el fin propuesto y
tiendan ((**It1.417**))
continuamente a la perfección con humildad,
obediencia, piedad y trabajo y se conviertan al
fin en siervos fieles del Señor, dispuestos a toda
clase de obras buenas.
Esto se desprende de algunas anécdotas,
ocurridas durante las vacaciones, de las cuales él
mismo escribe: <(**Es1.337**))
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