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siempre cosas edificantes, o bien iba a la iglesia
a hacer una visita al Santísimo Sacramento.
Durante los cinco años que fui condiscípulo suyo
en el seminario no falló nunca al propósito de
contar cada día un ejemplo sacado de la historia
eclesiástica, de la vida de los santos, o de las
Glorias de María, nuestra amorosísima madre.
>>Los compañeros le querían y le consideraban
como un estupendo condiscípulo. Si, a lo mejor
alguno indiscretamente se mostraba como competidor
y de más valer, él con gran habilidad se hacía
respetar y lo amansaba con su actitud. Si alguna
vez sucedía algún pequeño percance entre los
compañeros, o nacía alugna disputa por desacuerdo
de opiniones, se metía él en medio y ponía a todos
en paz>>. Hasta aquí don Giacomelli.
Otro compañero de Juan en el seminario fue
monseñor Teodoro Dalfi, natural de San Mauricio
Canavese, que fue después sacerdote secular y
párroco celosísimo en la archidiócesis de Turín,
adscrito a la Misión de San Vicente de Paúl y que
murió después de don Bosco. Era un joven
excelente, pero de una vivacidad increíble, como
correspondía a quien la divina Providencia
destinaba a recorrer palmo a palmo, cuatro veces,
Palestina, Egipto y otras regiones del Asia Menor.
Fue un enamorado de los estudios bíblicos, tema
sobre el cual dio a luz cuatro grandes volúmenes.
Dejó escrito sobre don Bosco: <((**It1.408**)) dejé el
hábito seglar para vestir la santa sotana e
ingresar en el seminario de Chieri la víspera de
Todos los Santos. Mi primer conocido fue el
querido clérigo Bosco. Conocí también a su
inseparable compañero Comollo. Más aún, como debía
escoger a un compañero al comenzar el curso y,
pareciéndome a propósito Comollo, me acerqué a él;
pero, tuve que dejarlo a los pocos días porque,
siendo él la tranquilidad y la paz personificadas,
hubiera tenido conmigo una gran penitencia.
>>Juan Bosco, aunque amigo de todos, no tenía
familiaridad más que con un pequeño grupo de
seminaristas de su curso o con conocimientos de
pueblos vecinos al suyo. Había formado con ellos
desde el principio una asociación de la que Bosco
era el padre, el amo y el maestro por ser el de
más edad. Entre ellos estaba el clérigo Comollo, a
quien asistí la noche antes de su muerte; el
clérigo Zucca de unpueblo cercano, Picchiotino,
Antonio Avatanco, Burzio de Poirino y Ronco de
Chieri, los cuales con alguno más que no recuerdo,
pasaban ordinariamente todo el recreo oyendo lo
que él les contaba, y esto principalmente después
de la cena.
>>Yo, para desquitarme de los tres años de
laboratorio farmacéutico
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