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con nuestro Juan: se servirá de la ayuda de unos y
otros para sostener a su fiel siervo y todas las
obras que él emprenderá. Más de una vez le oímos
nosotros repetir a don Bosco: -íSiempre tuve
necesidad de todos!-
Así que don Cinzano, vicario foráneo de
Castelnuovo, verdadero padre de todos los jóvenes
que fueron vistiendo la sotana, entre los cuales
cabe notar a monseñor Juan Bautista Bertagna, lo
fue especialmente de Juan Bosco, su primer
seminarista. Juntamente con su afecto paterno y la
intuición de lo que un día llegaría a ser, le
dedicó siempre un ciudado especialísimo. Al hablar
de él se le oyeron muchas veces estas proféticas
palabras: -Ya veréis, ya veréis: este joven
llegará a ser algo grande. Yo moriré y no podré
ver sus éxitos; pero vosotros veréis cómo el mundo
entero hablará de él. -Así nos lo contaba don
Febbraro de Castelnuovo, prior ((**It1.368**)) de San
Juan Bautista en Orbassano y compañero de don
Bosco durante el último año de seminario.
Juan, pues, quedaba ya seguro del cumplimiento
de su vocación y podría dar gracias a Dios con las
palabras del salmo: <>. 1
1 Salmo XVI, 5-6.
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