Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es1.271**) con un libro en la mano llevaba una vaca a pastar, se encontró por el camino que atravesaba el valle con don Cinzano, ecónomo parroquial de Castelnuovo, que iba a visitar a los enfermos. Admirado del porte de aquel joven a quien veía por ((**It1.328**)) vez primera, don Cinzano le preguntó quién era y qué quería ser; y enterado de que se trataba de aquel Juan Bosco, de quien ya le había hablado Evasio, se entretuvo un rato con él, preguntándole por los estudios hechos y por los deseos de ser un día sacerdote. Tan satisfecho quedó de las respuestas de Juan que, de vuelta por aquellos alrededores, lo mandó llamar, y tras un breve diálogo, quedó admirado de su despejado ingenio profundamente cristiano y concibió la más alegres esperanzas. Después le dijo: -Todavía no he abierto casa en Castelnuovo, puesto que debo ausentarme con frecuencia. Si quieres ir a la casa parroquial para guardarla, como si fueras el portero, te concedo albergue en ella. Yo te proporcionaré el pan y María Febraro te preparará la comida. Allí podrás estudiar con toda comodidad. Pide permiso a tu madre y vente pronto. -Juan aceptó la mar de alegre la proposición y cumplió puntualmente en su nuevo puesto. Este encuentro providencial rompió un nuevo plan que Juan iba fraguando en su mente. Aunque obediente al consejo de don Cafasso, acariciaba todavía la intención de consagrarse a las misiones extranjeras, tanto más cuanto que, por entonces, la Obra de la Propagación de la Fe, fundada en Lyon, aunque andaba en sus comienzos, ya tenía fama por el Piamonte. Las Cartas edificantes de la Obra, en la que se describían las fatigas y los martirios de los misioneros, se leían con avidez. De no haber alcanzado la seguridad de que el teólogo Cinzano y otros bienhechores le iban a ayudar, él se hubiera hecho misionero. Así se lo confiaba él mismo al profesor don Juan Turchi. Y, desde luego, no hay que creer que fuera una veleidad. El buen Dios se servía de las contrariedades humanas para concebir y aumentar en su corazón un deseo que conservó continuamente, hasta que logró realizarlo. Estaba destinado a ser no sólo religioso y ((**It1.329**)) misionero, sino fundador de Congregaciones religiosas y de extensas misiones en países extranjeros y de infieles. Don Cinzano, una vez ganada en concurso la parroquia de Castelnuovo, tomó solemne posesión de ella en el mes de agosto. Y Juan siguió durante todas las vacaciones en la casa parroquial, prestando los servicios que podía. El párroco admiraba la piedad de su protegido y, como era hombre culto, se entretenía a menudo con él hablando de las materias estudiadas, de la hermosura de la lengua y del estilo de los autores explicados, el modo de interpretarlos, (**Es1.271**))
<Anterior: 1. 270><Siguiente: 1. 272>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com