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CAPITULO XXXIII
DON DASSANO COMUNICA A MARGARITA LA DECISION DE
JUAN DE HACERSE FRANCISCANO -GENEROSIDAD DE LA
MADRE CRISTIANA -PRIVACIONES DE JUAN DURANTE EL
CURSO DE HUMANIDADES -SU AGRADECIMIENTO A LOS QUE
LE HABIAN SOCORRIDO
DON Dassano creyó prudente comunicar a Margarita
la resolución tomada por su hijo de hacerse
franciscano. Así que, una tarde del mes de
diciembre fue a visitarla, y, después de exponer
la cuestión le hizo observar cuánto había que
hacer en la Diócesis y que, por tanto, sería mucho
más conveniente que Juan se hiciera sacerdote y se
ocupara del sagrado ministerio en una parroquia:
le demostró cómo, gracias a los muchos talentos
que Dios le había concedido, tendría ciertamente
espléndidos resultados. Al fin, añadió: -Tratad de
disuadirle de esta idea: no sois rica, ya andáis
avanzada en años y pronto no podréis trabajar: si
vuestro hijo se encierra en un convento, cómo
podrá proveer a vuestras necesidades? He venido a
advertíroslo por vuestro bien.
La buena Margarita agradeció al párroco la
confidencia que le había hecho, pero no dejó
traslucir su pensamiento sobre el consejo que le
daba. Inmediatamente se fue a Chieri y,
presentándose a su hijo con la acostumbrada
((**It1.296**)) sonrisa
en los labios le dijo: -El párroco ha ido a verme
y me ha dicho que quieres hacerte religioso: es
verdad?
-Sí, madre. Creo que usted no tendrá ningún
inconveniente.
-Yo sólo quiero que pienses bien el paso que
quieres dar y después que sigas tu vocación, sin
preocuparte de nadie. Lo primero es la salvación
de tu alma. El párroco quiere que te aparte de tu
determinación, en razón de la necesidad que más
adelante pueda tener de tu ayuda. Pero yo digo: no
me meto en esto, porque Dios es ante todo. No te
preocupes de mí. No quiero nada de ti, nada espero
de ti. No lo olvides: nací pobre, he vivido pobre
y quiero morir pobre.
(**Es1.247**))
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