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((**Es1.245**) maestro de la escuela municipal, y que vivía en casa de un tal Torta, frente a la casa de Pianta. <>. ((**It1.293**)) Juan se reservaba tan sólo aquella hora de descanso de la noche, pues durante el día no tenía un momento ni para respirar, y sabía convertirla estupendamente en una hora de enseñanza moral. En aquel año, además, se comprometió a algo que lleva la marca del verdadero heroísmo cristiano. Como iba con frecuencia a la catedral de Chieri a cumplir con sus devociones, contrajo amistad con el excelente sacristán mayor, llamado Carlos Palazzolo, hombre de sincera piedad, que, por tres veces, había ido a pie a Roma como peregrino para visitar las basílicas y las catacumbas. Tenía ya treinta y cinco años, y aunque de cortos alcances, sin recursos y distraído por las ocupaciones de su cargo, deseaba ardientemente hacerse sacerdote. Al conocer la bondad del joven Bosco, pidióle que le diera clase. Juan aceptó en seguida, y empezó a darle clase regular todos los días, de modo que pudo prepararlo para presentarse a examen con él, antes de tomar la sotana. Palazzolo estaba casi en ayunas en cuestión de estudios, no tenía mucho tiempo de que disponer; pero Juan, rehusando toda recompensa, iba puntualmente cada día a su casa, (**Es1.245**))
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