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bienchechor. Pero Juan no podía entonces prever
hasta qué punto se habían de estrechar, por
disposición de la divina Providencia, los lazos de
amistad entre él y don Cafasso; ni que le habría
tocado a él perpetuar con sus escritos el recuerdo
de aquella inolvidable fiesta, y menos aún que él
podría revelar al mundo los más ((**It1.281**)) íntimos
sentimientos excitados por el amor de Dios aquel
día en el alma de su nuevo ministro. <>. En efecto,la
santidad de vida y de doctrina de don Cafasso
debía transfundirse en Juan y en centenares de
sacerdotes para sostener la lucha, que las sectas
de los conjurados estaban preparando contra el
trono y el altar.
La secta que más preocupaba a la autoridad
civil era La Joven Italia, creada y difundida
ardorosamente por José Mazzini a través de una
publicación periódica que llevaba ese mismo
nombre. La Gazzetta Piemontese (n.° 99 del 1833)
reproducía este trozo de las instrucciones que la
secta iba propalando: <((**It1.282**)) la
igualdad. Su aspiración la república>>. El
periódico, La Joven Italia, va desarrollando este
principio... <(**Es1.237**))
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