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CAPITULO XXIV
DON CALOSSO ACOGE A JUAN EN SU CASA -PARTICION DE
BIENES ENTRE LOS HERMANOS BOSCO -MUERTE DE DON
CALOSSO -DESINTERES HEROICO DE JUAN -SU
DOLOR POR LA MUERTE DEL MAESTRO Y BIENHECHOR
MUCHO se alegrará el padre del justo, y el que
tiene un hijo sabio se gozará en él. Alégrese tu
madre y gócese la que te engendró>>. 1 Tal es el
oráculo infalible de la divina Sabiduría. Con
todo, Margarita en medio de su gozo y su alegría
tenía también una fuente de continua aflicción.
>>Quién puede expresar el dolor de su corazón de
madre al ver a su querido Juan obligado a ganarse
el pan de cada día con su propio trabajo, sin la
sonrisa de la menor esperanza de dedicarle a
aquellos estudios, con los que estaba persuadida
podría hacer tanto bien a las almas?
Pero don Calosso no se había olvidado de su
joven amigo. Había visto en él señales inequívocas
de vocación eclesiástica, y no quería que esta
vocación se perdiera. Así que el digno ministro
del Señor, viéndose libre de varios obstáculos que
no le habían permitido realizar ((**It1.214**)) un
piadoso proyecto, llamó un día a Juan, y después
de escuchar el relato de sus peripecias durante
aquellos años de separación y cómo Antonio no
había cesado lo más mínimo en su obstinación: -Mi
querido Juan, le dijo, tú has puesto en mí tu
confianza, y no quiero que sea en vano; deja,
pues, a tu terco hermano, ven conmigo y
encontrarás un padre amoroso. -Juan comunicó en
seguida a su madre el caritativo ofrecimiento, que
fue acogido por ella y por el hermano José como
una verdadera suerte. Antonio ni aprobó ni se
opuso; por otra parte, José, trabajador
incansable, prometía hacer las veces de Juan en el
cultivo de la finca.
Así que, al fin del verano, Juan empezó a
convivir con el capellán,
volviendo a casa solamente para dormir. <(**Es1.185**))
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