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CAPITULO XXII
LA VIRTUD PUESTA A PRUEBA -LA MADRE MANDA A JUAN A
MONCUCCO -HACE DE MOZUELO DE CAMPO DURANTE DOS
AÑOS -SU OBEDIENCIA A LOS AMOS, DILIGENCIA
EN EL TRABAJO, FRECUENCIA DE SACRAMENTOS,
CONSTANCIA EN LA ORACION, BUEN EJEMPLO A TODOS
-JUAN INSTRUYE A LOS NIÑOS EN LAS VERDADES DE LA
FE Y EN LAS PRACTICAS DE PIEDAD -ASEGURA QUE UN
DIA SERA SACERDOTE -ORATORIO FESTIVO EN MONCUCCO
GRANDE era la misión que el Señor quería
encomendar a Juan Bosco; ya le había dicho la
Virgen: <>; porque Dios resiste a
los soberbios y da gracia a los humildes: <>2.
Hasta el presente, Juan había aprendido de boca
de los hombres, de su madre y de los capellanes de
Capriglio y de Morialdo, las normas para vivir
como cristiano; pero ahora el Señor quiere
llevarle a su propia escuela para hacer de él un
santo. De qué manera? <((**It1.190**)) y pueda
confiar en él. Pero de nuevo se volverá a él y le
alegrará y le revelará sus secretos, y lo
enriquecerá con un tesoro de ciencia y de
conocimiento de la justicia>> 3.
Juan poseía una mente y un corazón
verdaderamente grandes: era obediente por virtud,
pero no se sometía por inclinación. Hasta el más
pobre del mundo se siente amo de su casa, como el
rey en su trono. Y Dios hará con Juan lo que hizo
con Moisés, el cual, aunque príncipe en la corte
de Egipto, se vio obligado a escapar junto a
Jetró, en el desierto del Sinaí, se redujo a
pastor de un rebaño de ovejas y llegó a ser el
hombre más manso de cuantos habitaban en la
tierra. También prepara Dios a Juan con un largo
ejercicio de heroica humildad; tendrá que salir de
su propia casa y hacer de criado en casa
1 Prov., XV, 33.
2 Eclesiástico, XI, 1.
3 Eclesiástico, IV, 18.
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