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obstáculos que se habrían de presentar para
impedir sus progresos, las guerras que le
suscitarían sus adversarios y el modo de vencerlas
y superarlas. Y que ésta era la razón de su
constante tranquilidad y de la seguridad del éxito
en cuanto emprendía.
Por lo que se ve, este sueño no fue simplemente
una gracia, sino además una verdadera misión, una
estricta obligación que Dios le exigía realizar.
Yo lo compararía con la visión del joven profeta
Jeremías.
También él había respondido al Señor: <<íAh, Señor
Yahvéh! Mira que no sé expresarme, que soy un
muchacho>>. Y el Señor le replicó: <> 1. Y cuál debería ser la
misión de Juan Bosco: La fundación de nuevas
sociedades religiosas, la Pía Sociedad de San
Francisco de Sales y el Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora; la salvación de los jóvenes en
el mundo entero con los oratorios festivos, con
las casas para jóvenes necesitados, talleres,
colegios, colonias agrícolas; las vocaciones al
estado eclesiástico, preparando para el santuario
la flor de la juventud en muchos países y
proveyendo de clero a las diócesis que carecían
del mismo con la obra ((**It1.128**)) de los
hijos de María Auxiliadora para vocaciones de
adultos; la implantación de innumerables escuelas
católicas como contraveneno a una multitud de
maestros ateos, que no tardarían en
levantar cátedras de error y de corrupción; la
propagación de la buena
prensa con numerosas tipografías, que difundieron
millones y millones
de libros de piedad, de historia, de lecturas
populares, defensoras
de las verdades católicas y volúmenes escolares
expurgados de inmoralidades para deshacer los
lazos tendidos a la inocencia y sacudiendo así,
con este medio potentísimo, a los católicos de la
inercia en que vivían, con el Boletin Salesiano,
publicado en varias lenguas, con 200.000
ejemplares mensuales, dando a conocer lo que el
Señor y la Santísima Virgen iban realizando; la
asociación de los Cooperadores Salesianos, al
presente con más de 200.000 miembros, que, al
tiempo que le ayudaban con limosnas, oraciones y
apoyo moral en todas sus empresas, fueran el lazo
de unión entre el obispo y sus diocesanos, entre
el párroco y sus feligreses para toda obra de
caridad espiritual o temporal; el establecimiento
de misiones evangélicas en las diversas partes del
mundo, América, Asia, Africa;
//1 Jeremias, I, 7-8. 19.//
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