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CAPITULO XIII
LOS SALTIMBANQUIS -JUAN SE ADIESTRA EN JUEGOS
ACROBATICOS Y DE PRESTIDIGITACION -EL CHARLATAN
SACAMUELAS
POR aquel tiempo nació en Juan un vivo deseo de ir
a los mercados y ferias de los pueblos vecinos,
para asistir a los juegos de prestidigitación y
competición que nunca faltan en semejantes
ocasiones. Se sentía movido por instinto a
sobresalir entre sus paisanos para hacer el bien a
sus almas. Pero, no poseía nada con que poder
atraer la atención de los demás: ni estudios ni
riquezas, ni posición social. Por añadidura, su
casa estaba aislada y no podía, por tanto, tratar
con muchos. Además, para penetrar en el alma de
una gente ruda, en nada dispuesta a escuchar las
lecciones de un niño, hacía falta atraerla con
alguna maña especial. Juan comprendió que la
novedad de alguna diversión agradable le haría
dueño de sus ánimos; así que se puso a estudiar el
modo de hacerse experto en juegos de
prestidigitación. Pidió permiso para ello a su
madre, y le expuso todo un plan que, luego, fue
siguiendo. La madre, tras haberlo pensado un poco,
condescendió de buen grado; pero como hacía falta
hacer algunos gastos, le dijo: -íArréglate como
puedas y
mejor sepas, pero no me pidas dinero, porque no lo
tengo! -Y Juan
respondió: -Deje eso de mi cuenta; ((**It1.105**)) ya
sabré yo salir de apuros.
-En los capítulos siguientes veremos como supo
industriarse para sacar dinero.
Sorprende que una tan prudente diera al hijo
semejante permiso, pero hay que tener en cuenta
que los tiempos eran diversos de los nuestros;
reinaba en los pueblos mayor sencillez de
costumbres, y entre los charlatanes los había que
podían pasar por gente honrada y buena. El famoso
Orcorte, cuya maestría recuerdan todavía las
gentes, después de tantos años de su muerte, era
irreprochable en cuanto a delicadeza de modales y
palabras. Además, la autoridad
(**Es1.101**))
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